Después de flipar ayer con la noticia del tremendo éxito del DINOPORNO en Estados Unidos me he puesto a pensar cómo serían varias grandes novelas del XIX y de principios del XX, pero con un toque más postmodernista. Imaginaos que autores como Charles Dickens o Dostoyevski se hubieran metido un par de gramillos antes de escribir sus obras. Pues bien, esta entrada está dedicada a abrir una ventana a un mundo paralelo donde esas obras, influenciadas por el decadentismo actual, fueron escritas.
¿Qué secretos se esconden tras las puertas de la Mansión Misselthwaite? Mary Lennox llega a la casa de su tío como una niña malcriada y enfermiza, convencida de que no va a disfrutar de su nueva vida allí, ya que su tío es un abogado chapado a la antigua y con muy mal carácter. Muy en plan 'El Príncipe de Bel Air' pero con un poquito más de drama intimista y verduras. El caso es que descubre la puerta escondida a un jardín abandonado, cerrada desde la desaparición de su tía años atrás. Mary pronto empezará a transformarlo en un hervidero de marihuana, cocaína, e incluso un laboratorio de metanfetamina que la convertirá en la reina del barrio. Mary se prepara para los que van a ser mejores momentos de su vida. Sin embargo, pronto descubrirá que en ese jardín se esconde... el cadáver de su tía.
El prota de esta adaptación se llama señor Meursault, que es detenido por la policía cuando se carga a un político golpeándole con un dildo de goma. A pesar de sentirse inocente ya que el tipo se lo merecía, no vuelve a mostrar sentimiento alguno. Todo empieza a aburrirle soberanamente, debido a que en el fondo sabe que ya no va a poder volver a hacer algo tan excitante como cargarse a peña a base de pollazos. Esta adaptación será recordada por tener una de las escenas románticas más bellas de la historia del cine:
–Maursault, ¿quieres casarte conmigo?
Fahrenheit 450 es la temperatura a la que se cocina la pizza. Guy Montag es un currante de TelePizza con nuevas ideas revolucionarias, pero su época no está dispuesta a permitirle ese avance. "Sólo pizzas con jamón y queso, muchacho. Es lo que todos quieren." Ante esta frustración, Guy decidirá embarcarse en el peligroso negocio de las pizzas clandestinas, cuya fábrica se esconde en los bajos fondos de la ciudad. En esta adaptación se describe a una sociedad esclavizada por el jamón y queso, los ibuprofenos y el conformismo puro y duro, poniendo a la pizza como metáfora de un mundo distópico y absurdo, carente de sabor, de salsas ni de descuentos por pedir dos medianas.