Cuando comenté a mis amigos que iba a volver al blog con la sección de Agujeros de Guión y que la película elegida iba a ser la saga entera de Star Wars me dijeron: “El instinto suicida es intenso en ti”. Probablemente sea cierto, pero es algo que me habíais pedido bastante, y coño, es un ejercicio sano y divertido, y más cuando estas pelis han marcado tanto mi forma de entender el cine como mi forma de escribir historias. No sólo quiero criticar las precuelas, que eso es lo fácil, lo mainstream, sino también plantear algunas de mis desavenencias hacia algunas decisiones más relativas al guión y a la historia en general de la saga en su conjunto. Aquí van:
EPISODIO I: LA AMENAZA FANTASMA
Política mierder, episodio I: la película comienza explicándonos un pequeño conflicto político que luego acabaría desencadenando toda la mierda de las siguientes pelis: una guerra, una revolución por parte de los Sith, una rebelión y una guerra de guerrillas. Pues parece que toda la movida surge porque la Federación de Comercio decide hacer un bloqueo a Naboo por una presunta subida de impuestos, estos envían a dos jedis a negociar y los de la federación tratan de cargárselos. ¿Qué? ¿Qué quieren unos? ¿Qué quieren otros? ¿Qué coño hace la Federación de Comercio? ¿Por qué tienen una flota de la hostia? ¿Eso del bloqueo espacial es algo legal? ¿Por qué no lo explica nadie? Espera, que parece que quieren invadir Naboo… ¿Pero por qué? ¿Ganan algo con ello?
Jar Jar Binks: No voy a meterme mucho con él. Es un personaje inútil, infantiloide y que no tiene puta gracia. Pero tampoco soporto a los ewoks, y no quiero perder el tiempo en cuestiones más de gustos que otra cosa. El caso es que llegamos a su ciudad submarina de Otoh Gunga y conocemos a otros Gungan. Viven en unas esferas en las que extrañamente no hay nada más, solo esferas vacías. No termino de pillar su modo de vida, tampoco es que me importe una mierda, pero vamos, que es raro de cojones. Otra cosa chocante es que para llegar al palacio de Naboo tienen que atravesar el nucleo, lo que da a entender que el palacio está en las antípodas. ¿Por qué las naves invasoras aterrizan tan lejos?
El poder de la fuerza no funciona bajo el agua: O no uses el poder de la fuerza mientras conduces un submarino, ya que no te ayudará a detectar un pez gigantesco acercándose por detrás.
Varados en Tatooine: Atravesando el bloqueo (de mierda), la nave se les jode y aterrizan en un planeta desértico llamado Tatooine. Dicen que no pueden enviar un mensaje de auxilio porque les encontrarían las fuerzas de la Federación de Comercio que, aparte de que son aliados de los Sith, no se sabe ni qué hacen, ni qué poder tienen en el senado, ni nada de nada. Parece un lobby, pero joder, con ejército. Bueno, el caso es que la excusa de no poder enviar un mensaje es otra escusa bastante baratilla. Si llaman a todo el Consejo Jedi y les cuentan lo que pasa se presentan allí en un periquete con espadas laser y problema resuelto. Qué es, básicamente, lo que sucede en los episodios II y III.
Varados en Tatooine: Atravesando el bloqueo (de mierda), la nave se les jode y aterrizan en un planeta desértico llamado Tatooine. Dicen que no pueden enviar un mensaje de auxilio porque les encontrarían las fuerzas de la Federación de Comercio que, aparte de que son aliados de los Sith, no se sabe ni qué hacen, ni qué poder tienen en el senado, ni nada de nada. Parece un lobby, pero joder, con ejército. Bueno, el caso es que la excusa de no poder enviar un mensaje es otra escusa bastante baratilla. Si llaman a todo el Consejo Jedi y les cuentan lo que pasa se presentan allí en un periquete con espadas laser y problema resuelto. Qué es, básicamente, lo que sucede en los episodios II y III.
R2-D2: Resulta que un robot llamado R2-D2 les ha salvado la vida y merece reconocimiento. La reina, que en realidad es la doble, decide ordenar a la reina verdadera, que está haciendo de asistente, que lo limpie. ¡A la reina! No a las otras ayudantas que estaban de pie sin hacer una mierda. Es la típica a la que el poder se le sube a la cabeza en nada.