Cuando despertó de la criogenia no había ningún dinosaurio esperándole. Pero sí una raza alienígena que se le quedó mirando con curiosidad. Juntos exploraron las abandonadas ciudades humanas sin rastro alguno de vida. La humanidad no se había extinguido, todos estaban vivos. Vivos en cápsulas criogénicas. Todos querían alcanzar la vida eterna, pero ninguno se paró a pensar en quién les iba a despertar cientos de años después.
Me ha encantado. Un retrato de la humanidad impecable.
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